Se prevé que la gran demanda de viviendas y la escasa oferta seguirán dominando el mercado inmobiliario en 2025. Se espera que los precios en algunas regiones, especialmente en Cataluña, continúen su aumento, impulsado por la falta de propiedades disponibles y el aumento de las transacciones inmobiliarias. En Carolina Balista te hablamos sobre las previsiones del sector inmobiliario catalán.
A nivel macroeconómico, uno de los factores clave es la estabilización de los tipos de interés, que podría cambiar la dinámica del mercado. Además, las tendencias emergentes como el flipping colaborativo, la tokenización de activos y los altos rendimientos de los préstamos con garantía inmobiliaria están ganando relevancia y se espera que definan el panorama del sector.
La proyección de crecimiento poblacional indica que, en los próximos 15 años, una parte significativa de la demanda de viviendas se concentrará en las principales áreas urbanas. En Cataluña, por ejemplo, se estima que se necesitarían alrededor de 800,000 viviendas, y en la ciudad de Barcelona el déficit se cifra en más de 380,000 unidades. Este déficit está vinculado tanto al crecimiento de la población como a la llegada de inmigrantes, además de una falta de construcción de nuevas viviendas.
Asimismo, la demanda en zonas como Barcelona, el área metropolitana y la Costa Brava seguirá en aumento. Las expectativas de tipos de interés más bajos y el deseo de los jóvenes de emanciparse debido a la crisis económica y la pandemia están acelerando el proceso de compra.
La escasez de suelo sigue siendo un desafío. Aunque existen terrenos urbanizables, muchos están paralizados desde hace años. Para resolver esta situación, sería necesario un volumen de construcción mucho mayor, pero las capacidades actuales no alcanzan para satisfacer la demanda.
Finalmente, se espera que los precios continúen al alza, con un incremento potencial de entre el 5% y el 10% en 2025, debido a la escasez de viviendas y el aumento de los costos de construcción. Este panorama refleja una creciente presión sobre el mercado inmobiliario, que probablemente se mantendrá en 2025.