La escritura de declaración de obra nueva es un documento notarial que detalla si en un terreno se ha construido un nuevo edificio o se ha modificado uno existente. Este documento recoge cualquier intervención realizada en la parcela, ya sea sobre la superficie o bajo ella. En Carolina Balista te contamos qué implica este documento.
¿Cuál es su propósito?
Su finalidad principal es facilitar la inscripción de la obra en el Registro de la Propiedad y, cuando sea necesario, constituir el derecho de superficie. Este derecho permite a una persona construir en un terreno ajeno, conservando temporalmente la propiedad de lo edificado.
¿Quién puede gestionarla?
Este trámite puede ser realizado por:
- Promotores o constructoras, que edifican para vender o alquilar.
- Propietarios particulares, que construyen en sus terrenos para uso propio.
Tipos de escrituras de declaración de obra nueva
- En construcción
Se tramita cuando se desea inscribir una obra en el Registro de la Propiedad durante su ejecución. Es habitual solicitarla al gestionar una hipoteca. Requiere: -
- Licencia de obra.
- Certificado técnico que valide la concordancia entre el proyecto autorizado y lo ejecutado.
- Obra terminada
Aplica a edificaciones concluidas y permite gestionar servicios como agua y electricidad. Se solicita presentando: -
- Licencia de primera ocupación.
- Certificado técnico de final de obra.
- Cédula de habitabilidad, entre otros documentos.
- Obra antigua
Se utiliza para registrar propiedades no inscritas o mal registradas. Requiere un certificado técnico o acta notarial del inmueble.
¿Es obligatorio?
Depende del uso:
- Particulares: No es obligatorio para uso personal, aunque sí recomendable. Para vender, alquilar o hipotecar, es imprescindible.
- Promotores: Obligatoria si se financia la obra con un banco o si se destina a venta o alquiler.
Costes asociados
Incluyen:
- Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (0,5%-1,5% del presupuesto).
- Honorarios notariales.
- Tasas del Registro de la Propiedad.